La otra cara de la sociedad.

Saturday, October 04, 2008

LA ALEGRÍA VINO Y SE FUE!!!

A 20 años del triunfo del No, en el plebiscito que definió el futuro de Pinochet y compañía en el montaje màs grande preparado por los instrumentales políticos del país, encabezados por la encarnación del amarillismo extremo, Patricio Aylwin, una de esas personas que te enseñan a detestar lo relacionado con Dios y el Estado. La historia reciente de Chile le llaman al periodo que comprende desde el gobierno timidamente revolucionario de Salvador Allende, pasando por los tristes años del oscurantismo moderno de la alianza entre los militares y los grupos más conservadores de la iglesia, hasta el periodo de crisis y cambio que se pueden identificar en los nefastos años de progreso consertacionista.
Lo impresionante de estas tres etapas es que se encuentran vinculadas a un personaje, que resulta ser el más beneficiado en el proceso, incluso obteniendo su premio a la constancia y la traición, otorgado por su factico antecesor, sellado en un caluroso abrazo y una banda presidencial.
El ex presidente Aylwin que tan campante se pasea por las oficinas de la democracia, en su conciencia vulnerada por los años se derrama la sangre de las victimas de los nobles militares chilenos, que en defensa de los intereses de privados construyeron un país moderno y de una economía abierta.
Sin embargo no todo es malo, siempre uno puede rescatar anecdotas, como el fallido intento de asesinato a Pinochet o el asesinato de Jaime Guzmán, ambas tácticas atribuibles a elementos infiltrados de la agencia de inteligencia chilena. Era la mejor manera de hacer contrapropaganda a los esfuerzos de la "opocisión democrática" por derrocar a libertador de Chile.
El NO, que en la practica significaba que no siguiera el gobierno militar, es una de las principales diferencias entre la gente de la derecha, la derecha concertacionista asume que no querian mas dictadura, el problema fue que gente como Piñera votó por el NO, alentados por la poca capacidad de analisis y reflexión de Iván Moreira que entendió que el NO, significaba que no se fuera.

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